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Arturo Uslar Pietri.- Pienso que, entre las múltiples y variadas actividades de la UNESCO, que cada día se multiplican y se extienden, hay una que es fundamental y que debe constituir el tema básico de su reflexión y de su búsqueda. Estamos en la víspera del año 2000, el comienzo del Siglo XXI, del inicio del Tercer Milenario de la Era Cristiana, y ya podemos vislumbrar con mucha aproximación lo que será el panorama del mundo a esa hora tan cercana. No menos de 6.000 millones de seres humanos congestionarán el globo. Distribuidos desigualmente en diversos climas, regiones, culturas, formas políticas y sociales, mentalidades y creencias, pero, fundamentalmente, agrupados en dos categorías definidas. Una, la más poderosa y menos numerosa, constituida por aquellos países, en gran parte concentrados en el Hemisferio Norte, en América, Europa y parte de Asia, a los que llamamos de distintos modos: Países industriales o ricos,…

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Arturo Uslar Pietri.- Frente a la escuela hay una antiescuela. En la barriada pobre es fácil ver la contradicción de las dos. La una es el caserón huero, frío, tedioso, donde se va por unas cuantas horas aburridas a oír la monótona lección de los maestros, mientras se piensa en otra cosa y se espera con impaciencia el momento de volver a la calle. La otra, la antiescuela, no tiene casa, está en la calle, en la esquina, en la pandilla, en el cine, en la radio, en la televisión, en el juego audaz que se convierte en agresión o en menuda delincuencia. No tiene horario ni aburridos maestros. Está abierta a toda hora para ofrecer en lugar de tareas de memoria su posibilidad de aventura y su sal de riesgo. Allí se aprende mucho más que todo lo que la escuela enseña. Se aprende viviendo, burlando, fingiendo más fuerza…

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Arturo Uslar Pietri.- Construida con el petróleo transitorio de alza en Venezuela una nación fingida. De calidad tan transitoria como el petróleo con que está construida su apariencia. No más verdadera que una decoración de teatro. Es como si con el dinero abundante y transitorio del petróleo hubiéramos levantado sobre la fisionomía de la verdadera Venezuela costosos telones, efectos de cartón y reflectores, panoramas de brocha sobre papel que van a deshacerse pronto a la intemperie. Por sus huecos y desgarrones, cuando pase el maná petrolero, volverá a asomar trágica la Venezuela verdadera, la pobre, la que olvidamos oculta por la bambalina pintada. El petróleo no nos ha servido para transformar la nación real sino para disfrazarla. Es como el caso de esos amigos ricos que invitan al amigo pobre a una costosa orgía, lo emborrachan, lo deslumbran, y al día siguiente lo vuelven a regresar a su pobreza. Una…

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