Distorsión de la economía, por José Antonio Gil Yepes

Distorsión de la economía, por José Antonio Gil Yepes

José Antonio Gil Yepes.- La sociedad está compuesta por sectores y funciones interdependientes. Como dice la metáfora, “es como un cuero seco, si se pisa por un lado, se levanta por el otro”. Lo cual sugiere que parece preferible que los sectores y funciones de la sociedad estén en equilibrio o, lo que es los mismo, que es preferible una democracia pluralista que un régimen autoritario y una economía en la que muchos sepan pescar a una economía en la que unos pocos regalen pescado para dominar a quienes lo reciben.

Pero ese equilibrio usualmente no se cumple. La política, en el sentido más amplio de la palabra, entendida como la movilización de cualquier grupo para imponer sus intereses, tiende a distorsionar la economía y viceversa, la economía a la política.

Los intereses económicos distorsionaron la política en Venezuela cuando el Partido Conservador y Páez gobernaron en función de sus intereses comerciales e importadores justificándose con una ideología liberal europea. Este enfoque economicista distorsionó la política al generar grandes diferencias entre los comerciantes ricos y los agricultores pobres, una de las causas de la Guerra Federal y del encumbramiento del Partido Liberal, el cual puso el énfasis en la intervención del Estado. Y nunca hemos superado este sesgo hacia el desequilibrio contrario: la política distorsiona la economía, tratando como paria al empresariado. Pero este desequilibrio también se paga por qué un país con ventajas naturales y sociales, en vez de ser muy rico, es pobre y políticamente inestable.

Los mecanismos mediante los cuales se ha distorsionado la economía son la estatización; los controles de precios, tasas de interés y de cambio; la sobrevaluación de la moneda; y el discurso de la desconfianza de gobernantes y políticos contra el empresariado de manera de justificar la minimización de las empresas para limitar su poder político. Por eso implotó el régimen anterior y puede implotar el actual. Por lo que El Reto de las Élites sigue siendo lograr un entendimiento entre socialistas (la mayoría de los políticos así se definen), empresarios, sindicalistas y trabajadores.



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