El necesario Muro de Berlín, por Ricardo Bello
Ricardo Bello.– La verdad es que tanto Ulbricht como Adenauer, sobrevivientes ambos del holocausto nazi, sin ser judíos, desconfiaban de los alemanes. Las lecciones de la II Guerra Mundial eran muy claras. Si se les deba la oportunidad, los alemanes se volverían fascistas. Y para impedir que no volviera a pasar, Ulbricht organizó el servicio de policía secreta más temible que haya conocido la historia. Su propósito en la vida, sostiene Frederick Kempe en su libro Berlin 1961, fue salvar el nuevo Estado comunista alemán de caer en las garras de un fascismo rejuvenecido. Adenauer compartía su desconfianza y por eso estaba tan empeñado en asociar su país a la OTAN y al Mercado Común Europeo. Si tenían tanto en común, ¿qué los separaba? Sencillo: la superioridad económica del sector occidental. Días antes de la construcción del muro, Krushchev recibió una noticia espantosa. El éxodo de los refugiados había subido…