Destruyendo el socialismo, por José Antonio Gil Yepes

Destruyendo el socialismo, por José Antonio Gil Yepes

José Antonio Gil Yepes.- Impresionan el deterioro de la imagen del socialismo y el crecimiento de la aceptación del capitalismo ocurrido entre 2008 y 2018. En ambas ocasiones, la Encuesta Ómnibus de Datanalisis ha preguntado: “¿Si le digo la palabra ‘socialismo’ (ídem ‘capitalismo’), qué es lo primero que le viene a la mente?”.

Las respuestas en 2008 fueron muy reveladoras. Las expresiones positivas sobre ambos modelos fueron 43% para el socialismo y 48% para el capitalismo; mientras que las negativas fueron cercanas ambas a un 25% y los ‘no sabe-no contesta’ otro 25%. Obviamente, estas coincidencias son casualidad. Las caracterizaciones predominantes del socialismo eran “igualdad, solidaridad, oportunidad para todos, bienestar, libertad”; mientras que las caracterizaciones del capitalismo eran “riqueza, libertad, democracia, cooperación”. Estas opiniones populares no ven a ambos sistemas como excluyentes, como, los presentan sus respectivos activistas, sino como complementarios; cómo se manejan ambos modelos en las sociedades más evolucionadas en las cuales la libertad y la igualdad coexisten a través del apoyo a la empresa privada para resolver el problema económico y los programas sociales dirigidos a resolver la pobreza.

Pero, las respuestas de 2018 revelan que las apreciaciones negativas sobre el socialismo se disparan de 22 a 61%: “corrupción, inflación, discriminación, dictadura»; coincidiendo con un mal gobierno que dice ser ‘socialista’. En cambio, las valoraciones positivas del capitalismo suben del 48 al 57%: “Democracia, libertades, riqueza, oportunidades, producción«; avance que también revela el fracaso de la propaganda oficialista contra el capitalismo.

De este fracaso, se desprenden tres opciones para el gobierno: Entenderse con el capitalismo para recuperar el bienestar y re estabilizarse (todavía puede reconectar con la gente porque la oposición no ocupa suficiente vacío); seguir avanzando en el ataque al capitalismo para empobrecernos y dominarnos, teniendo que reprimir, y que esto último lo desestabilice; o aprovechar las próximas elecciones para entregarle el poder a otro antes de estrellarse.



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