Aprender a surfear, por Alexis Aponte

Aprender a surfear, por Alexis Aponte

Alexis Aponte.- No hay respuesta fácil para todas las interrogantes que genera un país inmerso en una crisis política, económica y social.

El año 2016 acaba de concluir con unos resultados nada optimistas. Por el contrario, todos los agregados económicos e indicadores sociales mostraron un deterioro que nos califican como un “país problema” para la región, ya que, la migración masiva de venezolanos que huyen de esta realidad, están causando problemas sociales en esos países receptores. Nos hemos convertido en un país perturbador de la armonía que debe regir en el concierto de naciones.

Para los que nos quedamos no es sencillo tratar de sobrevivir a este tsumani. El año 2016 concluye con una Inflación para algunos de 550%, para otros 880%, una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 12%, una canasta básica y alimentaria que sube a razón de un 20% mensual, una economía en materia de remuneraciones asimétricas, porque por un lado el salario es en bolívares y por el lado del gasto está dolarizada. Si a esto le añadimos la escasez de alimentos y medicinas que ronda el 70%, nos obliga a realizar una reingeniería financiera familiar.

A tal efecto y es el objeto de esta columna, la elaboración de un kit de herramientas administrativas, económicas financieras y de controles familiar para mitigar los efectos de la crisis. Entre esas decisiones podemos hacer los siguientes reacomodos:

Es evidente que con los actuales salarios es difícil ahorrar, pero si se pudiese, tenemos que hacerlo en moneda dura.

De no poder ahorrar en moneda dura, es recomendable comprar bienes durables que puedan ser objeto de revalorización.

Las tasas de interés en Venezuela están reguladas y son negativas frente a la inflación, “fondearse” en bolívares mediante préstamos para realizar otras operaciones más rentables y convenientes, por supuesto, siempre y cuando se pueda repagar el préstamo.

Siempre es bueno ser un buen pagador, debe ser una premisa ética de cualquier ciudadano, pero es más necesario en estos tiempos, porque en cualquier momento se requiere de cierta liquidez inmediata y es cuando el “carácter” del prestatario cobra valor.

La familia debe revisar la estructura de gastos. Se podrá ver que a pesar de recortes y revisiones, siempre hay detalles susceptibles de hacerlos más eficiente y reducir determinados consumos. Hay incrementos de precios de algunos bienes y servicios que aumentan por encima del promedio, como por ejemplo los productos de aseo personal, embellecimiento y peluquería, por lo tanto es un egreso que requiere más dosificación.

Ante la escasez permanente de bienes de consumo y los aumentos de precios, se hace imperante aplicar una ley de la economía, la cual se refiere a la sustitución de bienes, indagando siempre en los requerimientos nutricionales.

Lamentablemente no es suficiente un empleo, es necesario hacer otros oficios complementarios, que ayuden a tener un mayor ingreso. Al respecto, es necesario hacer labores de asesorías, trabajos por encargos o incursionar en emprendimientos que contribuyan a mejorar las entradas monetarias.

Revisar todos los activos que la familia posea. Se podrán encontrar con bienes que en el mercado podrían tener un valor, pero que en gavetas y cofres familiares no lo poseen. En muchos casos ni siquiera tienen valor afectivo.

Todo activo que genere un gasto de mantenimiento, seguros o custodia, debe ser vendido. En estos desiertos tenemos que transitarlos lo más liviano posible de cargas financieras.

Gracias a la globalización, hoy día y de acuerdo con nuestra profesión, además de lo barato de la mano de obra venezolana dada la devaluación de la moneda, muchas empresas requieren realizar proyectos como desarrollo de software, planificación, ingeniería de diseños, investigaciones profesionales y académicas, que pueden ser ejecutadas a tiempo parcial desde Venezuela y cobrar en monedas duras o en su equivalente en bolivares, sin dejar de ejercer nuestro oficio medular.

En tiempos de penuria como los que vivimos, es necesario recurrir al mantenimiento frecuente, a reparar todo lo reparable: desde la ropa, zapatos, automóviles, prendas, porque el objetivo es alargar el valor del uso del bien.

En esta realidad cobra valor y son rentables aquellos oficios relacionados con el mantenimiento y reparación de bienes de uso, muchos de esos oficios habían desaparecido en la Venezuela rentista. En nuestro país todo era desechable, ahora todo puede ser recuperable.

Es necesario priorizar. Hay cosas más importantes que otras y hay actividades urgentes que pueden esperar frente a otras. La contratación de una póliza de seguro es recomendable, es un esfuerzo que la familia debe tratar de realizar.

Hay algunos servicios públicos que funcionan medianamente a los cuales los venezolanos tenemos derechos y que muchas veces desconocemos y podemos recurrir tales como: centros de rehabilitación, terapias físicas, tratamientos especiales, entre otros. Es una manera de reducir gastos.

Estos son tiempos para estudiar. En Venezuela la educación es gratuita y aun pagándola, sigue siendo económica. Por lo tanto: aprovechemos la crisis para realizar un post grado, un diplomado, una especialización o profundizar en cualquier oficio o conocimiento, porque en cualquier momento llega el “rebote”, y estaremos preparados para las oportunidades por venir.

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