La carga de violencia y desprecio intr\u00ednseco que caracteriza a la sociedad venezolana nace de reyertas sangrientas, devastadoras y maleantes (siglo XIX). M\u00e1s adelante-siglo XX-explot\u00f3 el saudismo petrolero y la\u00a0violencia pasiva.\u00a0Una agresi\u00f3n que no es por acci\u00f3n sino por omisi\u00f3n. El rechazo y el desprecio de una sociedad socialmente movilizada vs. la proscrita. Un repudio por inacci\u00f3n y silencio trepidante hacia el despose\u00eddo. Un complejo socio-cultural no superado donde buscamos ser mantuanos, catires y privilegiados, desmarc\u00e1ndonos del barrio, del lumpen y hasta del color de la piel (de donde todos venimos). Un quiebre social inmensamente doloroso y absurdo que se col\u00f3 desde el pillaje del Urogallo Boves, pasando por las montoneras de Ezequiel Zamora, el Mocho Hern\u00e1ndez, Rafael Montilla (el Tigre de Guait\u00f3), Alejandro Ducharne, Carlos Rafael Garbiras vs. Rafael Uribe Uribe [la Guerra de los mil d\u00edas]; los Matos (padre e hijo), Dominicci o Epifanio Acosta, hasta la llegada de G\u00f3mez y P\u00e9rez Jim\u00e9nez m\u00e1s el caudillaje moderno de Betancourt a Ch\u00e1vez\u2026 Justo rese\u00f1ar que entre 1830 y 1903 hubo 166 revueltas armadas y cincuenta a\u00f1os de guerra. El historiador Robert Sheina (Latin America’s Wars: The Age of the Caudillos, 1791-1899), estima en un mill\u00f3n de muertos, un 70% no-combatientes ca\u00eddos por pestes, hambrunas, anarqu\u00eda y represi\u00f3n pol\u00edtica. Y desde 1914 a 1998, la desruralizaci\u00f3n petrolera condujo a un \u201cdesarrollo urbano\u201d donde un 30% fonde\u00f3 oportunidades y un 70% qued\u00f3 atado al clientelismo rentista y bipartito que propici\u00f3 el arribo y el desquite de Hugo Ch\u00e1vez.<\/p>\n

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Cuando las sociedades vilipendiadas padecen l\u00f3bregos reflujos y resentimientos, son caldo hirviente para el retorno de\u00a0taitas, caudillos o mes\u00edas. La forma de redimirlo-al decir de Weber-es la coherencia social. Y coherencia es justicia y liberaci\u00f3n espiritual\u2026 La oposici\u00f3n a\u00fan no ha construido ese puente con las bases populares<\/strong>. Actuar con prop\u00f3sito de enmienda autocr\u00edtico, hist\u00f3rico y salvador donde l\u00edderes de nueva generaci\u00f3n como Mar\u00eda Corina, L\u00f3pez o Capriles le digan al pueblo: lo siento, los hemos hecho mal, nos equivocamos; poco o nada nos ocupamos de Uds. en el pasado. Es hora de reconocerlo\u2026<\/p>\n

Mientras no brote un discurso humilde y liberador, en el reino de los ciegos (y resentidos) el tuerto seguir\u00e1 siendo el rey (y tirano)<\/strong>. A pesar del caos, la escasez y el crimen, el fin justificar\u00e1 los medios por prevalecer la fuerza sobre la inteligencia. \u00a1Hagamos pol\u00edtica -y la paz- con nosotros mismos!<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Orlando Viera Blanco.- La carga de violencia y desprecio intr\u00ednseco que caracteriza a la sociedad venezolana nace de reyertas sangrientas, devastadoras y maleantes (siglo XIX) Maurice Duverger dec\u00eda que la pol\u00edtica \u201ces la lucha de los individuos para conquistar el poder donde los vencedores lo usar\u00edan en su provecho\u201d. Pero es la pol\u00edtica en t\u00e9rminos de combate, no de estrategias y valores funcionales. En la\u00a0pol\u00edtica\u00a0de los modernos el reto es conectar con las masas, dando con los elementos identitarios de preferencia y movilizaci\u00f3n. Y ese elemento es\u00a0ser como t\u00fa. Veamos… Gramsci conceb\u00eda la Pol\u00edtica en su formaci\u00f3n l\u00f3gica: cuerpo-desarrollo por el poder. A Maquiavelo le gustaba la fuerza \u2013comentaba- pero a Bodin el consenso. Entonces la pol\u00edtica no es el fin justificando los medios (El Pr\u00edncipe), sino la inteligencia que justifica ese fin [el poder]. De los antiguos a la modernidad la dimensi\u00f3n pol\u00edtica pas\u00f3 de la guerra a la…<\/p>\n