Alexis Aponte<\/a>.- Las noticias diarias de Venezuela son propias de un parte de guerra.<\/strong><\/p>\n Los \u00faltimos 37 d\u00edas han sido intensos en materia de lucha pol\u00edtica. Las calles han sido tomadas por la ciudadan\u00eda y cada d\u00eda la protesta se incrementa. Ya no es el este de la ciudad o lo que queda de clases media, es todo un pa\u00eds que se rebela ante un r\u00e9gimen adem\u00e1s de ineficiente, degenerado en represivo, criminal y delincuente.<\/p>\n No se exagera si decimos que Venezuela es un pa\u00eds en el cual se libra una guerra de baja intensidad. <\/strong>(Manuel Malaver la llama \u201cGuerra Civil del Siglo XXI\u201d) No llega a ser una guerra convencional, una guerra de posiciones y de territorios, \u00a0ya que no se\u00a0 enfrentan dos ej\u00e9rcitos organizados o dos pa\u00edses. Tampoco es el altercado propio de la pasi\u00f3n en la lucha pol\u00edtica, en la cual nunca faltan unos coscorrones. Es algo m\u00e1s. \u00a0Es una confrontaci\u00f3n entre un componente militar, organizado, adiestrado y preparado para la represi\u00f3n ciudadana,<\/strong> con tecnolog\u00eda e instrumentos militares apropiado de \u00faltima generaci\u00f3n. Adicionalmente cuenta con grupos paramilitares<\/strong>, sin uniforme e identificaci\u00f3n de grupo, que hacen el \u201ctrabajo sucio\u201d.<\/p>\n \u00a0Por el otro bando, encontramos una ciudadan\u00eda desarmada<\/strong>, incluso desnuda, que se acompa\u00f1an con una Biblia, rosarios y cruces. Los anima y le da fuerza conceptos como Libertad, Democracia, comida y medicinas<\/strong>. Cansados de las colas, de no tener oportunidades, de sentir que su salario es sal y agua. Obstinados de la violencia en toda sus expresiones<\/strong>.<\/p>\n <\/a><\/p>\n Esta guerra de baja intensidad, tiene una caracter\u00edstica: la represi\u00f3n ha sido desmedida, sin compasi\u00f3n, sanguinaria.<\/strong> No solamente se conforman con dispersar las manifestaciones, sino tambi\u00e9n, acosan, persiguen y acorralan a<\/strong> los participantes. Hieren por la espalda a mujeres u hombres que rendidos y tirados en el piso son golpeados <\/strong>y en algunos casos, le disparan a mansalva, bien sea con bombas lacrim\u00f3genas o perdigones. Atacan a cl\u00ednicas y hospitales, a las brigadas de param\u00e9dicos que auxilian a los heridos, a los vecinos que dan albergue a los ciudadanos que protestan.<\/p>\n Se ha llegado al extremo de montar emboscadas a los manifestantes<\/strong> que rodeados o encallejonados se lanzan al r\u00edo Guaire para evadir la represi\u00f3n inmisericorde.\u00a0 Hombres y mujeres de los cuerpos represivos, cuya misi\u00f3n es cuidar al pueblo, se ven en grabaciones despojando a los manifestantes de sus celulares, dinero y pertenencias. Ese no es el ej\u00e9rcito (componente) que nos leg\u00f3 nuestros Libertadores.<\/strong><\/p>\n Barriadas de las ciudades del pa\u00eds son v\u00edctimas de unas \u201crazias\u201d nocturnas<\/strong> en las cuales, las fuerzas del \u201cdesorden<\/strong>\u201d lanzan bombas y perdigonazos a los apartamentos, logrando incendiar a varios de ellos en diferentes ciudades. Simult\u00e1neamente, estas fuerzas estimulan y\u00a0 permiten el saqueo de negocios<\/strong> de comerciantes de la zona sin intervenir un \u00e1pice para reinstalar el orden p\u00fablico o defender la propiedad privada. (V\u00eddeos al respecto hay de sobra). El resultado se cuantifica en ancianos y ni\u00f1os fallecidos por efectos de los gases. Ni\u00f1os atemorizados por el estruendo de las bombas, hogares invadidos por delincuentes con apoyo oficial, y decenas de consecuencias que no es objeto de enumerar en este art\u00edculo.<\/p>\n