<\/a><\/p>\nNo soy lo suficientemente santo como para adentrarme en la oscuridad de la noche, admite, como s\u00ed lo hizo Santa Teresa de Calcuta en una correspondencia privada con su confesor, que fue publicada y mostr\u00f3 el rasgo menos pensado de una mujer excepcional. Seguir a Cristo nunca fue f\u00e1cil, pues el aut\u00e9ntico lugar para su representaci\u00f3n es la cruz, el testimonio del martirio. El mensaje de Jes\u00fas es un esc\u00e1ndalo para el mundo, no una felicitaci\u00f3n por estar haciendo bien las cosas. La humanidad no viv\u00eda una \u00e9poca tan incierta en Baviera por el a\u00f1o 1927, al dar a luz su madre. Ni siquiera la II Guerra Mundial, cuando el triunfo de la maldad y el horror parec\u00eda destruir todos y cada uno de los valores occidentales, fue capaz de apagar la vida interior del cristiano, tal como parece estar extingui\u00e9ndose en muchos \u00e1mbitos de la sociedad contempor\u00e1nea. La influencia de Hildegarda de Bingen, por ejemplo, a quien Ratzinger le otorg\u00f3 el t\u00edtulo de doctora de la Iglesia en 2012, pudo m\u00e1s para afianzar su vocaci\u00f3n que los horrores de Dachau y Buchenwald. Lo importante para \u00e9l no era tanto pensar filos\u00f3ficamente el tiempo hist\u00f3rico que le toc\u00f3 vivir, sino concebir una visi\u00f3n para el ma\u00f1ana, que hiciera posible la visualizaci\u00f3n de un mundo posible m\u00e1s all\u00e1 de la presencia de un tirano, nacionalsocialista o comunista.<\/p>\n
Las tres tentaciones de Cristo, escribi\u00f3 en su obra magna sobre la vida de Jes\u00fas, deben interpretarse como una reflexi\u00f3n en torno a la relaci\u00f3n entre el poder temporal y el mundo espiritual. Si me rindes pleites\u00eda, le sugiere el Diablo (diabolo en griego significa calumniador), pondr\u00e9 el mundo a tus pies. El demonio lo reta a transformar las piedras en pan, reduciendo el alcance de las necesidades humanas a lo estrictamente material y busca provocar en Jes\u00fas ambici\u00f3n de mando, inst\u00e1ndolo a lanzarse al vac\u00edo para ver qui\u00e9n lo obedecer\u00e1 y vendr\u00e1 a salvarlo de la muerte. Todas las ideolog\u00edas de poder se justifican de la misma manera, pretenden obviar la dimensi\u00f3n de la libertad y el mundo de lo invisible, que nunca podr\u00e1 ser reducido a una voluntad de dominio pol\u00edtico. Benedicto XVI nos recuerda que el mundo fue salvado por el crucificado, no por los crucificadores y menos por militares.<\/p>\n
Al recordar su Pontificado podemos escoger entre darle importancia a su pensamiento o recordar algunos de los muchos episodios de su gesti\u00f3n que captaron la atenci\u00f3n de la prensa mundial, tales como el discurso de Ratisbona, el pol\u00e9mico nombramiento de un Obispo polaco que trabajaba para los servicios de inteligencia de la dictadura comunista, la autorizaci\u00f3n para el uso del misal tridentino, el decreto de revocaci\u00f3n de la excomuni\u00f3n de obispos consagrados il\u00edcitamente por Lefevre, algunos abiertamente negadores del Holocausto jud\u00edo; los esc\u00e1ndalos de pedofilia en Irlanda, Alemania y los Estados Unidos o la pol\u00e9mica en torno al cond\u00f3n en zonas africanas diezmadas por el SIDA. Seewald opt\u00f3 acertadamente por enfocarse en la evoluci\u00f3n de su pensamiento, sobre todo al estar relacionado con los puntos centrales de nuestra fe. Su conversaci\u00f3n nos permite acercarnos a la din\u00e1mica personal de un alem\u00e1n muy inteligente, dotado para la m\u00fasica y los idiomas, que tuvo la suerte de contar entre sus profesores a los mejores te\u00f3logos de Alemania y en la \u00e9poca dorada de la teolog\u00eda alemana. Son muchas las p\u00e1ginas recordando a sus maestros, a las influencias m\u00e1s importantes en su vida, as\u00ed como a su trabajo como perito en el Concilio Vaticano II, al lado de sacerdotes de la talla de Yves Congar, Lubac, von Balthasar o Dani\u00e9lou y de otros personajes m\u00e1s dif\u00edciles, como Hans K\u00fcng. Luego viene su nombramiento como Obispo, su labor al frente de la Congregaci\u00f3n para la Doctrina de la Fe y su discurso como Decano del Colegio de Cardenales al comienzo del c\u00f3nclave que lo eligi\u00f3 Papa, cuando habl\u00f3 de la dictadura del relativismo, un concepto tomado de la Carta a los Efesios, que le permiti\u00f3 dirigirse a una humanidad zarandeada de un lado a otro por modas psicol\u00f3gicas y pol\u00edticas. Era la tercera vez que asist\u00eda a un c\u00f3nclave y ten\u00eda 78 a\u00f1os, no tan joven y con problemas de salud, pero claro frente a los dilemas que enfrentaba la Iglesia. El evento m\u00e1s importante de su pontificado, concluye Seewald, fue la publicaci\u00f3n de su estudio en tres tomos sobre Jes\u00fas de Nazaret, que se convertir\u00e1 en texto b\u00e1sico para futuras generaciones de sacerdotes y laicos y que resume y explica como ning\u00fan otro, su posici\u00f3n ante Dios y el mundo.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
Ricardo Bello – Revista SIC Mario Vargas Llosa, y no sin raz\u00f3n considera, al Papa Em\u00e9rito uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo y m\u00e1s de un sacerdote me ha comentado en privado que su obra teol\u00f3gica lo ubica sin duda en la tradici\u00f3n de los Padres de la Iglesia. Otros lamentan su actuaci\u00f3n como Prefecto de la Congregaci\u00f3n para la Doctrina de la Fe y comparan su trayectoria a la de un temible perro guardi\u00e1n, una especie de Rothweiler del Vaticano, la mano oscura de aquella temible Inquisici\u00f3n de cuyos excesos la memoria humana parece no haberse recuperado. Su carisma no fue el de Juan Pablo II, ni se acerca al de Francisco, pero una lectura de la \u00faltima larga entrevista que le hizo Peter Seewald, conocido periodista alem\u00e1n, nos muestra un lado m\u00e1s privado, m\u00e1s \u00edntimo, menos controversial. Seewald conversa con un Papa de carne y hueso…<\/p>\n
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