#CiudadALápiz Colapso, por Antonio Ecarri Angola

#CiudadALápiz Colapso, por Antonio Ecarri Angola

Antonio Ecarri Angola.- Afirmar que estamos frente a la peor crisis de nuestra historia, ya no es una frase hueca o un decir de vecindario. En una clara y enfática exposición el profesor venezolano de la Universidad de Oxford José Manuel Puente, lo ha explicado luego de un estudio realizado con cifras en la mano.

Por primera vez, Venezuela padece la recesión más larga de los últimos 80 años. Desde que se inició la era petrolera y tomando datos oficiales, nuestra Nación ha sufrido 4 años consecutivos de un desastre económico sin precedentes. Ni la depresión vivida a finales de los años 30, ni la crisis del viernes negro ni el inicio del gobierno del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, se compara con el desastre ocasionado por la revolución bolivariana.

Para Puente, este espantoso ciclo recesivo ha traído como consecuencia una caída del 35% de nuestro producto interno bruto (PIB), es decir, en 4 años hemos perdido 1/3 de la producción de bienes y servicios y, con ello, una catástrofe social nunca antes vista.

Prueba de ello, observamos cómo el salario mínimo que, según el tipo de cambio oficial y no el paralelo, es el más bajo de los últimos 26 años, incluso podemos enarbolar el record de tener hoy el peor salario de toda América Latina, incluyendo Haití. Por darles un ejemplo, el salario mínimo en Ecuador que es un país con una economía intermedia y es parte del bochornoso chuleo del ALBA, el salario mínimo es de 640$ mientras que el nuestro, utilizando tasa oficial DICOM no llega a 40$.

Según los organismos internacionales de mayor prestigio, para considerarse en pobreza extrema, una persona debe ganar menos de 1 dólar al día. Hoy, la mitad de los ciudadanos del país petrolero de América Latina ganan menos de un dólar al día y por supuesto, están sumergidos en la más terrible pobreza, todo consecuencia del desastre ocasionado por el mal viviente socialismo del siglo XXI.

Lo peor de estos hechos, es que desde 1999 a 2014 Venezuela vivió el cañonazo petrolero más grande toda su historia. Según cifras del mismísimo Banco Central, los ingresos petroleros de estos años fueron cerca de 879 mil millones de dólares, una cifra que la nación nunca había recibido desde que se convirtió en país petrolero en 1917. Es decir, después de haber recibido la más grande cantidad de dinero de todos los tiempos, apenas al año siguiente, el país entró en la recesión más larga y duradera de su historia. Quebrar a un país petrolero y dejar a la mitad de su población en pobreza extrema después de haber recibido todo esa inmensa cantidad de recursos, solo es posible mediante este absurdo socialismo primitivo y barbárico.

Es decir, no sólo hoy estamos viviendo la peor crisis económica de los últimos 70 años sino que también, según Puente, es la peor crisis que se ha visto en toda América Latina en los últimos 40 años –incluyendo los desastres de Bolivia y Perú en los 80- y por si fuera poco, luce el lugar número 8 como el peor desempeño macroeconómico mundial de los últimos 40 años en todo el planeta.

Es importante aclarar que este desastre no es ocasionado por la caída de los precios del petróleo, porque el “enfriamiento” del 2013 ocurre con el precio del barril en casi 100$ y el inicio de la recesión de 2014, promovido por el insólito gobierno de Maduro, tenía le precio del crudo en 90$. Es decir, la causa de este bochornoso “milagro a la inversa” fue el pésimo manejo del Estado y su economía por parte de la revolución bolivariana. Ahora, tampoco podemos ser injustos: esta crisis no se inicia por el mal manejo de un año de gestión sino por la semilla sembrada desde 1999 con el crecimiento desmedido del Estado y el avance del socialismo primitivo sobre la economía durante la gestión de Chávez Frías.

Uslar Pietri lo advirtió en una frase pronunciada ante la Asociación Venezolana de Ejecutivos en 1958: El crecimiento desmedido del tamaño del Estado lo va a convertir en una temible máquina de generación de pobreza y de tiranía. Ese monstruo de mil cabezas, que genera un gasto público desmedido es la causa de todos nuestros males. Más temprano que tarde, este desastre terminará en un serio y complejo programa de ajustes que terminará siendo el más grande reto de la democracia que está por nacer. Seguiremos sobre el tema. Amanecerá y veremos.

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